Los medios de comunicación están inmersos en una crisis de modelo de negocio. Han llegado tarde a la transformación digital y, además, han perdido el control de la información. Antes, si querías saber algo, pagabas 1 euro en el kiosko y te enterabas de lo que había pasado. Hace tiempo que eso ya no es necesario, porque el mundo digital ha roto ese modelo.
En ese intento de adaptación al nuevo modelo, los medios han abusado de la saturación de publicidad que invade el espacio del lector. Para mayor tragedia, muchos de sus contenidos no son interesantes. Esto es porque están hechos para Google y no para el lector. Un despropósito para la calidad periodística, pero es la forma de sobrevivir a esta tormenta.
Por contraposición, están las marcas. Su conocimiento de cómo es el consumidor cada día es mayor. Ahora tienen la posibilidad de conectar directamente con él, con sus intereses reales. Eso antes era impensable. Muchas marcas han comprendido que su objetivo no debe ser interrumpir la vida de los consumidores, sino aportarles una experiencia agradable. ¿Cómo? Con contenidos de utilidad.